09 febrero, 2010

El uso del color en los tejidos andinos (parte 1)

En los Andes el tejido ha sido una de las artes más desarrolladas, tanto que se podría indicar que las culturas desde la Paracas hasta la Inka y las herederas actuales, tienen en el textil la máxima expresión plástica.

Si bien se desarrollaron la escultura y la metalurgia, ambas junto a la cerámica no llegaron a alcanzar – a pesar de ser excelentes desde todo punto de vista – el esplendor de los productos del telar. El manejo de las tramas y las urdimbres ha permitido a los artistas-tejedores expresar su cosmovisión, son pues éstos tejidos obras de arte que evidencian la vivencia de los artistas y de sus pueblos rescatando el cotidiano comunitario.

La combinación de los elementos dispuestos geométricamente en base a la línea recta por el hecho mismo de cruzar los hilos -urdimbres y tramas- junto al manejo del color han permitido hasta hoy en día utilizar la representación iconográfica y el color como elementos que hacen a la emblematización de situaciones sociales, económicas, étnicas, y también geográfico- culturales.

En la actual zona andina boliviana el tejido todavía cumple esta función: emblematiza, muestra y mantiene viva la memoria oral en formas y colores.

El uso del color dentro de la indumentaria en general y de los textiles en particular parece haber sido un factor muy importante para definir el status y los roles de los individuos.

Actualmente el color todavía sigue siendo importante en el tejido tradicional, sin embargo, es necesario anotar la inexistencia de exclusividades en su uso, parece ser que todos los pueblos tienen acceso a todos los colores y en todas sus gamas.

Si bien el elemento iconográfico, conocido en lengua quechua como pallayes o también saltas, es importante en la emblematización del textil y mediante éste de las identidades y situaciones sociales de los usuarios tanto varones como mujeres, lo es también el color; como se anotó no en la exclusividad del uso sino en la disposición. Parece ser muy importante el lugar que ocupa en el tejido y la relación que se establece entre unos y otros y aún más entre tonos de un mismo color. Esta característica ha de completar la caracterización de cada “estilo textil”. Entendiéndose este como la manera particular que tiene cada pueblo de “tejer”, es decir de disponer el color y la figura.

Las aproximaciones a un análisis del color en el tejido pueden realizarse desde:

Su disposición dentro del tejido

Estructuralmente los tejidos en cuanto al uso del espacio muestran dos “subespacios”, el primero conocido como pampa – en algunas regiones del norte del departamento de Potosí también se conoce como mama- en el cual se tiene una monocromía que puede ser natural o producto de un proceso de teñido , es decir que se tiene un sólo color aunque su tono no sea el mismo, especialmente cuando el color utilizado en éste espacio no es producto de un tinte sino que conserva los tonos naturales del vellón. Un segundo espacio es el dedicado a la representación iconográfica, en éste, el color muchas veces sirve de “fondo” o acompañamiento; cuando sirve como soporte o fondo, generalmente está dispuesto en angostas listas que aparecen por debajo del elemento iconográfico, y juega el papel del “acompañamiento” . Cuando se dispone en listas junto a la banda de diseños, los colores así dispuestos permiten:

  • En el caso de las pampas, identificar e individualizar el tejido, así si éste espacio muestra color rojo será un tejido rojo, si lo es verde será uno verde.
  • En cuanto hace a las “listas” que son pequeños espacios que no alcanzan a más de medio cm. de ancho, dispuestas como fondo o acompañamiento del diseño iconográfico, se disponen de dos maneras.
La primera, que es corriente en la región central del país – conocida generalmente como el norte de Potosí- muestra la disposición de los colores unos junto a otros de manera que no pierden su individualidad, se los coloca de tal forma que su unión resulte contrastante.

La segunda, que generalmente se da en regiones como la aimara del departamento de La Paz y la región kallawaya - en la región norte del mismo departamento – donde la disposición de las listas de colores es tal que permite la creación de kuwichis – arco iris en lengua quechua- logrando la presentación de matices que van desde un tono muy claro hasta uno muy oscuro, generalmente negro o marrón oscuro, logrando crear luces y sombras.

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